L’1 d’octubre passat, a les set de la tarda, es va celebrar el Certamen literari 2023 de l’Acadèmia Mariana de Lleida al paranimf d’aquesta entitat. En aquesta ocasió la convidada era la Mare de Déu de la Soledat, patrona de la Congregació de la Puríssima Sang.
Es va atorgar el premi de Poesia de la Congregació de la Puríssima Sang a sor María Victoria Triviño, osc, per la seva poesia, contemplació de la processó de Divendres Sant, A dónde vas Reina mía, la lectura de la qual va ser molt aplaudida.
Sor Triviño va estar acompanyada a l’acte solemne per les Germanes i pel rector del Sant Crist, Mn. Joan Pujol.
“A dónde vas Reina mía”
I. Anochecer
Cae la tarde. El sol se va,
arrastra un manto de estrellas
que bordan de plata el Segre.
Los Cofrades de La Sangre,
vesta negra y rostro grave,
ya van saliendo a la calle.
Cual si vinieran de lejos,
del Calvario descendiendo,
llevan al Cristo yacente.
Es el Cristo de la Sangre
que han bajado de la cruz
para llevarlo a enterrar.
El más puro y santo entierro
que han contemplado los siglos
sale a las calles de Lleida
Y la calle se transforma
en la Vía Dolorosa.
¡Oh! Tarde del Viernes Santo.
II. Es de noche
Se oye un estruendo de lanzas.
Un repique impresionante
golpeando la calzada.
El repique se aproxima
¡son las lanzas Dels Armats!
que dan escolta a la Virgen.
-Madre de La Soledad
¿A dónde vas Reina Santa?
¿A dónde vas Reina mía?
-Hoy voy siguiendo las andas
donde yace mi Hijo muerto
como una ánfora quebrada.
Pasa la Madre bendita
envuelta en manto de duelo.
¡Oh! ¡Que no la toque nadie!
Porque “Els Armats” la protegen
como se guarda a una virgen,
como se cuida a una madre.
III. Amanecer
Oh Virgen yo te contemplo
de toda pasión consuelo
de la soledad remedio.
Para la madre afligida
que llora al hijo perdido,
o añora al esposo amado.
Para el padre y el amigo,
para el hijo y el hermano
que en vano esconden su pena…
Pasa la Madre piadosa
de mirada compasiva,
de la Soledad, Señora.
Que la soledad se aprende
caminando junto a Ella,
tras el Cristo de la Sangre.
Que la soledad se cura
y se transforma en dulzura
cuando la Madre te mira.
Llegará el amanecer
de resurrección y gloria.
Sor M. Victoria Triviño, osc